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Lucas de Haro (Velto Renewables): “Cuando un inversor internacional piensa en renovables, piensa en Madrid”

Lucas de Haro es el director general de Velto Renewables, la filial de energías renovables para Europa del inversor institucional canadiense CDPQ. Gestada en 2020 y puesta en marcha en 2021, Velto entró en España con la compra de varias plantas solares que servirán de base para su expansión en el país.
De Haro recibe a Madrid Investment Attraction en la oficina de la empresa, en la céntrica calle de Fernando el Santo. Ha sido especialmente fácil abrirla y montar el equipo, apunta, dado que “el ambiente de negocios funciona muy bien” en Madrid. En esta entrevista, el director habla de los planes de futuro de la empresa y analiza las tendencias que en el corto y medio plazo afectarán al sector.

M.I.A.: Para quienes no lo conozcan, ¿puede explicar qué es Velto Renewables?
LdH: Velto Renewables es la filial de renovables para Europa de CDPQ, la Caisse de dépôt et placement du Québec, un grupo de inversión global con 390 millones de dólares canadienses en activos que gestiona los fondos provenientes de planes de pensiones y seguros públicos de la provincia de Québec.
Velto nace tras la compra de una serie de proyectos fotovoltaicos operativos, con la vocación no solo de tener estos sino de convertirse en una empresa de renovables propietaria y gestora de proyectos de diferentes tecnologías.

M.I.A.: ¿Cuándo se establecen en España?
LdH: La empresa se establece en diciembre de 2020, casi en 2021. El proceso ha sido un poco contrario al habitual. En inversiones extranjeras, normalmente, se piensa dónde se va y a partir de ahí se monta una empresa y un equipo que empieza a invertir. ¿En nuestro caso cómo ha funcionado? Se firmó la compra de los proyectos y, en pocos meses, se trazó el camino para montar la empresa.
La compra de los proyectos se firma en octubre de 2020, se cierra en diciembre de ese mismo año y yo empiezo unas semanas después. Luego se forma el equipo, los consejos de administración de empresa y filiales, el branding, la integración de los activos productivos y la oficina. 2021 ha sido el año de establecimiento de la empresa, pero ya partiendo de la primera inversión.

M.I.A.: El cambio de nombre, de CDPQ Renovables Iberia a Velto Renewables, viene de ahí, ¿no?
LdH: Sí. CDPQ ya tenía en mente, tras la compra de proyectos, constituir una empresa operativa en España y no solo tener esos activos. El nombre provisional fue CDPQ Renovables Iberia. El motivo del cambio es que nosotros no somos CDPQ, no somos el grupo canadiense, somos una filial de una empresa canadiense. Nuestro accionista es uno de los mayores inversores institucionales que existe; por tanto, el número de sectores en los que está es variadísimo y Velto Renewables no es CDPQ; es 100% CDPQ, pero una filial.

M.I.A.: ¿En qué se diferencia esta sede de las que CDPQ tiene en París y en Londres?
LdH: Trabajamos muy cerca con ellos, sobre todo al principio. París es la sede para Europa de CDPQ Infraestructuras, y Londres tiene el resto de actividades y servicios generales de CDPQ en Europa. Velto Renewables, como empresa del grupo CDPQ, es un inversor a largo plazo en el sector de las renovables.

M.I.A.: ¿Qué supone el interés y la creciente presencia de inversores del sector renovable en España? ¿Qué aporta a nuestro país, cómo afecta al tejido empresarial español?
LdH: Es una pregunta estupenda. En la cadena de renovables, se hacen proyectos, se instalan equipos y se opera. En España, hay muchísimos desarrolladores cercanos al terreno, que tienen la capacidad de financiar el desarrollo, pero no la construcción y la tenencia de los activos. Encontrar terrenos, hacer estudios técnicos y ambientales, obtener los permisos, etc. tiene un coste, pero es un coste relativamente bajo dentro de toda la inversión, ya que esas actividades son servicios. Luego viene la construcción, y ahí hace falta mucho más pulmón financiero.
¿Cuál es el valor de lo que hacemos? Creo que nuestro trabajo es liberar el potencial de desarrollo que tiene el capital. Cuando compramos proyectos a desarrolladores, reciben un beneficio que les permite crecer y desarrollar nuevos proyectos. Tiene mucho valor, porque no es solo invertir capital y que me dé una rentabilidad, sino que libera las capacidades de nuestros socios.

M.I.A.: A la hora de montar Velto , ¿siempre se pensó hacerlo en Madrid o se valoró alguna otra ciudad?
LdH: Ahora mismo, el hub tecnológico solar de Europa es Madrid y es España. Están también Valencia, Sevilla, algunas empresas en Barcelona… Pero cuando un inversor internacional piensa en renovables, que en Europa son solar y eólico, la capital del solar es España y la capital de España es Madrid. Es un lugar en el que es muy fácil establecer una sede para Europa y que te cubra todo el continente, porque hay un conocimiento descomunal, mucho talento, una gran masa laboral joven y bien formada. Hace veinte años era más difícil encontrar gente que hablase varios idiomas, pero ahora en Madrid hay equipos muy competitivos, que hablan bien varios idiomas y tienen un conocimiento técnico formidable.
Los países del sur de Europa tienen mayor recurso y producción de energía solar y dentro de estos, el país con cierto tamaño y una ciudad significativa para los negocios es España y es Madrid. No se valoró poner la sede en otra ciudad.

M.I.A.: ¿Qué posición cree que ocupa Madrid en el tablero mundial de captación de flujos de inversión en este sector?
LdH: Es un papel muy importante. España en general, y Madrid en particular, tienen toda la cadena de valor. Desarrolladores, ingenieros, fabricantes hay menos – aunque hay unos cuantos con capacidad internacional – entidades de financiación, etc. España cuenta con bancos muy importantes a nivel global en el sector renovables.
Son cosas que a veces no valoramos, pero cuando viene gente de otros continentes dice: ¿qué ciudad me da en Europa todas las capacidades financieras y técnicas, condiciones de estabilidad y una calidad de vida agradable a la que quiera venir? Al menos en renovables, o estás en Madrid, o estás en Milán, Londres o, quizá, París.

M.I.A.: De todas las características que ha mencionado, ¿destacaría alguna?
LdH: El talento es muy importante. Hay un pool de profesionales muy bien preparado. Y, comparado con las grandes capitales europeas, somos competitivos. Es cierto que es por la diferencia salarial, pero la calidad de lo que se hace no es menor. Eso quiere decir mayor competitividad.

M.I.A.: ¿Cuántos trabajadores son en esta oficina?
LdH: Trabajando en Velto, siete. Pero los servicios de gestión están subcontratados. Si consideramos la gestión de activos, la operación, el mantenimiento y los servicios dedicados a Velto hay más de treinta personas. En el futuro creceremos, estamos definiendo con qué combinación de crecimiento orgánico y a través de la compra de empresas.

M.I.A.: Para crecer orgánicamente, ¿qué perfiles necesitan?
LdH: Este es un sector en el que se cruzan lo financiero y lo técnico. En general, tanto nosotros como el sector, necesitamos desde ingenieros con conocimiento en renovables y en distintas disciplinas, hasta perfiles financieros y legales, pero con una visión muy aplicada al desarrollo del negocio y la gestión de los proyectos.

M.I.A.: ¿Es fácil encontrarlos?
LdH: Hay una competencia brutal. Y salarialmente este debe de ser uno de los sectores que mejor paga. En los últimos años no han dejado de entrar fondos extranjeros e inversores, así que es difícil contratar, ya que hay mucha oferta de trabajo. Con este exceso de oferta, sorprendentemente, creo que los profesionales se han replanteado mucho lo de cambiar. Sí, me pueden llamar ofreciéndome algo más, pero ¿por qué me cambio? ¿Qué proyecto hay detrás?
Con la pandemia y el cambio de las condiciones laborales, muchas veces parece que es el candidato el que entrevista al reclutador. La cuestión de la flexibilidad es importantísima ahora. Hay muchas empresas haciendo lo mismo y el candidato tiene la posibilidad de elegir.

M.I.A.: ¿Han tenido contacto con la administración local desde que llegaron? ¿Les pueden ayudar en algo?
LdH: La verdad es que no, pero creo que es algo positivo, porque significa que todo funciona bien. No es por halagar, pero el ambiente de negocios funciona muy bien. En otras experiencias profesionales anteriores solíamos trabajar con el ICEX al abrir filiales en nuevos países: tienes que llamar, preguntar, enterarte… Pero abrir una oficina y montar un equipo en Madrid es fácil.

M.I.A.: ¿Por dónde cree que va a ir el desarrollo del sector con los fondos que vienen de Europa?
LdH: Va a haber de todo. Quiero creer que se va a crecer no solo en megavatios y capacidad instalada, sino en eficiencia de las instalaciones. Ahora se habla mucho de varias ramificaciones tecnológicas de renovables, del autoconsumo, de las baterías de almacenamiento, del hidrógeno verde… Son todo ventajas, existe la posibilidad de crecer no solo en tamaño sino en calidad.
Todo el mundo sabe ya que las renovables no suben el precio de la electricidad, sino que lo bajan. Pero hay que mejorar la gestionabilidad. Cuando no hay sol y no hay viento, quiero seguir encendiendo la luz de mi salón. El autoconsumo, las baterías y el hidrógeno pueden ayudar mucho a eso. Los fondos van a ir por ahí.

M.I.A.: Parecen vislumbrarse aumentos de tipos de interés en todo el mundo. ¿Afectarán estas perspectivas a la inyección de capitales en España en este sector?
LdH: Es un tema interesantísimo. En la pregunta hay una cuestión implícita con la que estoy de acuerdo. Como llevamos más de diez años con tipos de interés que no crecen, muy bajos, las inversiones que en otro tiempo solían ir a activos financieros se han movido a activos reales o industriales buscando mayores rentabilidades, lo que a su vez ha provocado que los proyectos industriales se puedan hacer dando menor rentabilidad. Sí que va a tener un impacto, pero no necesariamente malo.
Los inversores que han entrado en renovables durante estos diez años, buscando rentabilidades mayores que las casi nulas que daban los productos financieros, han tenido tiempo para aprender del sector y sentirse cómodos. En renovables, a pesar de ser un sector de riesgo, la tecnología es conocida y se pueden hacer previsiones de flujos de caja muy acertadas, porque los precios de mercado, aunque varían, también se modelizan.
No creo que vayan a desaparecer tantos inversores como cree la gente, porque a lo mejor en estos años se han encontrado a gusto, han aprendido y han madurado en el sector. Sí puede que haya un cierto ajuste de las valoraciones, los costes de construcción y las materias primas, porque no se podrá pagar tanto. Pero ya lo veremos.