Elena Cabrera es la nueva country manager de Ryanair en España, un puesto que no existía hasta hace pocos meses y que responde a la necesidad de la empresa de tener una cara visible en uno de sus mercados más relevantes. Este año se cumplen dos décadas desde que Ryanair desembarcó en nuestro país.

En este contexto, Madrid es doblemente importante: no solo es base de 13 de los 78 aviones que tienen en todo el país, sino que acoge el Travel Labs, una de sus tres oficinas de innovación. Las otras están en Cracovia y en la sede central, Dublín.

M.I.A.: La pandemia impactó de lleno en el sector de las aerolíneas y este parece, por fin, el verano de la recuperación. ¿Cómo lo afrontan?

E.C.: El sector turístico ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia, si no el que más. Pero gracias a los ERTE del Gobierno no despedimos a nadie. Esto también ha hecho que seamos muy ágiles a la hora de volver. Las perspectivas para este año, y toco madera, son no solo en volver a niveles prepandemia sino a superarlos.

En 2019 tuvimos 46 millones de pasajeros en España: en aeropuertos españoles, entrando o saliendo con rutas de Ryanair. El objetivo para el año fiscal 2023, que va de marzo de 2022 a marzo de 2023, es llegar a los 50 millones de pasajeros.

M.I.A.: Eso supone una recuperación del turismo en España.

E.C.: Sí, en general el turismo este verano se está recuperando excelentemente. Se espera un muy buen verano.

M.I.A.: ¿Qué previsión de negocio tienen?

E.C.: Todavía estamos en pérdidas. Queremos reducirlas. Hemos cerrado este ejercicio fiscal mejor que el anterior, se han reducido las pérdidas hasta los 355 millones de euros, frente a los 1.015 millones del año anterior, y se han mejorado los ingresos, con ventas de 4.800 millones de euros frente a los 1.640 millones del año anterior. Creemos que 2023 será el año de volver a beneficios.

M.I.A.: ¿Cuántos empleados son actualmente y cómo están repartidos, geográficamente y por área de trabajo?

E.C.: Depende. Tenemos dos tipos: unos 6.000 de manera directa, incluyendo pilotos, tripulantes de cabina y toda la gente que opera en aeropuertos, y 150 más en oficinas, porque en Madrid está el Travel Labs de innovación. De manera indirecta hay más de 30.000 personas de empresas asociadas, que trabajan con el ‘handling’ u otros servicios hacia la compañía.

La única oficina está en Madrid, en la calle Orense. Ese es el Travel Labs, porque oficina corporativa como tal no tenemos. El resto de los empleados están repartidos geográficamente.

Siempre hay planes de seguir creciendo. Ya hemos hecho la presentación de las rutas de verano y pronto presentaremos las de invierno. Algunas han sido récord, vamos muy por encima de 2019. Ciudades como Málaga, Valencia… Tenemos más capacidad. En Santiago hemos puesto aviones extra. Tenemos 78 aviones en España. La idea es crecer y seguir buscando perfiles. En Travel Labs estamos en búsqueda continua de gente: de ingeniería de sistemas, de UX y UI, marketing digital, innovación…

M.I.A.: ¿Qué representa el mercado español para Ryanair?

E.C.: Es uno de los mercados más importantes. El primero es el interno, Reino Unido e Irlanda. Y el número 2 y 3 se lo disputan entre España e Italia. En Italia tampoco tenemos oficina corporativa, todo se centraliza en Irlanda. De ahí la necesidad de abrir, de poner caras nacionales a la portavocía de la compañía. Mi puesto responde a la necesidad de tener a alguien en el mercado.

M.I.A.: En 2017, Ryanair anunció el desembarco en Madrid de su hub tecnológico, el mencionado Travel Labs. ¿Cómo es ese hub hoy?

E.C.: Hay distintos equipos. Está marketing, comunicación y producto, están los perfiles de ‘user experience’ y todo lo que conlleva la utilización de la web, y está ‘customer service’ y los ‘paralegals’, que no llegan a ser abogados, pero son parte del equipo legal.

Ryanair tiene tres hubs: uno en Polonia, otro en Irlanda, que es la sede, y el de Madrid. En el de Madrid se hace la web global de Ryanair, la app y el servicio al cliente. Hay líderes de equipo en cada país, pero luego hay directores por encima que controlan las líneas de negocio y que están en Dublín. Cracovia y Madrid son satélites.

M.I.A.: ¿Cómo encaja el Travel Labs dentro de la estructura de Ryanair en España?

E.C.: Yo trabajo desde la oficina de Orense, así que estoy informada de desarrollos globales de la web. Hay entre diez y quince nacionalidades en la oficina, porque desde aquí se da soporte a otros países como Italia, Francia, etc.

M.I.A.: ¿Es fácil encontrar perfiles para trabajar en el hub?

E.C.: En un principio, en 2017, costaba más encontrar perfiles españoles. Pero cada vez hay más. Aunque aún se escucha mucho inglés en la oficina. En marketing, la líder del equipo es española, pero en el equipo hay un portugués, una italiana… Hay de todo.

M.I.A.: ¿Por qué se abrió el hub en Madrid? ¿Qué vio la empresa en la ciudad?

E.C.: Tenía sentido. España es un país muy importante para la compañía. Ponemos el foco no solo en abrir oficinas, sino en todo lo que tiene que ver con las relaciones con stakeholders locales y nacionales. Después, es una ciudad que tiene mucha conectividad. Y para captar perfiles tanto nacionales como internacionales tienes que tener mucho atractivo, que se queden en el destino y quieran estar aquí todo el año.

Tenemos 58 rutas que salen de Madrid y 13 de los 78 aviones de la compañía duermen aquí. Para nosotros eso es importante, no vamos a ir a una ciudad en la que no tengamos base. Es donde tienes la inversión y tiene sentido abrir el Labs donde haya base.

M.I.A.: ¿Barcelona es base? ¿Hubiera tenido sentido abrir el Labs en otra ciudad?

E.C.: Sí, Barcelona es base. Y sí, hay ciudades donde hubiera tenido sentido. Pero Madrid es la capital, lo cual nos parecía un plus importante. Y en Cataluña el tema es que hay dos bases: Girona y Barcelona, entonces tenía más sentido centralizarlo en una ciudad como Madrid. Y, aunque esto ya es personal, yo no descartaría ir a Málaga. Hay muchas empresas internacionales que están abriendo sede allí. Se está trabajando mucho la desestacionalización, el invierno y tiene buena conectividad. Pero Madrid tenía todo el interés y es una ciudad que atrae a mucho trabajador internacional. Hay talento y Madrid resulta atractiva.

M.I.A.: ¿Tienen relación con la administración en Madrid, Ayuntamiento o Comunidad?

E.C.: Sí. Trabajamos estupendamente con la administración madrileña, en particular con las instituciones turísticas. Hablamos de las rutas que abrimos, de si tienen interés para la ciudad… Es un trabajo constante con ambas, dependiendo del tema que sea.

M.I.A.: ¿Qué tipo de apoyo les han ofrecido desde su llegada?

E.C.: Los canales de comunicación están abiertos. Siempre han mostrado interés en colaborar con la compañía. Esto no depende del Ayuntamiento ni de la Comunidad, pero nuestra petición para seguir creciendo es la bajada de las tasas aeroportuarias. Cuando comentaba que Italia y España se disputan el primer puesto es porque Italia ha bajado las tasas aeroportuarias. En Ryanair se valoran los costes, poner más aviones y aumentar capacidad. En España se congelaron las tasas durante un tiempo, aunque en La Palma se han bajado para aumentar el turismo tras la erupción del volcán. Nosotros tenemos allí cuatro rutas nuevas: Santiago, Madrid, Barcelona y Milán.

M.I.A.: ¿Cómo afecta a Ryanair la irrupción de los ‘AVES baratos’ en rutas como la de Madrid-Barcelona?

E.C.: No nos influye. De hecho, estamos totalmente a favor de que se potencie la línea ferroviaria en España. No operamos vuelos tan cortos. En su momento se operó el Madrid-Barcelona pero ya no, porque funciona tan bien el tren que no le vemos sentido. En España, en vuelo doméstico, solo operamos las islas, Baleares y Canarias, y Santiago-Madrid. El resto de las 58 rutas que operamos son internacionales. Potenciamos más la conectividad internacional que la doméstica, que está bien cubierta.

M.I.A.: ¿Qué mensajes creen que debería enfatizar la administración sobre Madrid para atraer empresas internacionales como la suya?

E.C.: Más que mensaje, hace falta darles visibilidad. Ya no es tanto qué ofrece Madrid como darle más visibilidad de cara a otros países europeos.