Septiembre de 2021
Las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A) suponen una parte significativa de los flujos de IED en las economías desarrolladas.
Este tipo de operaciones presentan una elevada elasticidad a los ciclos económicos. En condiciones de contracción e incertidumbre, las operaciones se retraen. Así, durante la crisis financiera global, el número y valor de las operaciones cayó drásticamente, con las operaciones transfronterizas descendiendo más que las domésticas por la incertidumbre añadida.
Sin embargo, la restructuración corporativa, la venta de activos y las compras oportunistas pueden empujar la actividad al alza. La devaluación de las empresas puede hacer que algunos activos sean más accesibles para la compra, y surgen oportunidades para los buscadores de ventas forzosas o de liquidación.
Algunas operaciones específicas de fusiones y/o adquisiciones pueden ser muy visibles por sus implicaciones estratégicas, especialmente en industrias sensibles. De ahí los mecanismos de protección con que se dotó la Unión Europea, y, a partir del pasado año, España en particular.
Pero también tienen una cara positiva inmediata: el incremento en las cifras de IED, cuando la empresa compradora de una empresa local es de capital extranjero.
Las fusiones y adquisiciones se refieren a aquellas operaciones que tienen lugar cuando una empresa extranjera adquiere una participación de control en una empresa local. Ese control se estima que se obtiene cuando esta participación es del 10% o superior. Estas operaciones pueden ayudar a sostener la actividad existente, pero no amplían el capital social de la economía.
En primera instancia, las fusiones y adquisiciones no suponen una expansión de los niveles de producción, dotaciones de capital o empleo de la economía, pero los cambios de titularidad sí pueden estar asociados a efectos secundarios positivos. Porque si bien no existe ninguna garantía de que los efectos de derrame se lleguen a materializar, las inversiones transfronterizas pueden venir acompañadas de mejoras posteriores en la gobernanza, en el acceso a financiación, o en la valoración y productividad de los activos adquiridos.
Al comienzo de la pandemia, las empresas multinacionales inversoras redujeron drásticamente sus inversiones en equity, y, junto a una menor actividad de fusiones y adquisiciones transfronterizas (M&A), el resultado fue un acusado deterioro -prácticamente crecimiento nulo- del componente equity de la IED.
En el último trimestre de 2020, los acuerdos de adquisiciones y fusiones volvieron a crecer, y la recuperación del dinamismo en las operaciones ha sido relativamente rápida.
Algunas características de este dinamismo se manifiestan, en primer término, en el creciente peso de los fondos soberanos y privados. Los fondos privados no acumulan el endeudamiento de las sociedades multinacionales, y su capacidad de inversión es mayor. Este hecho, sumado a la oportunidad de inversión que supone la baja cotización y las necesidades de financiación de empresas a nivel mundial, podría incentivar una mayor inversión de fondos privados.
Por otro lado, las adquisiciones oportunistas por parte de las multinacionales son más comunes en crisis asimétricas -como la crisis financiera asiática- y aunque la pandemia ha tenido efectos distintos en cada región, ha generado una situación económica compleja en todas ellas, que no ha revertido en grandes operaciones de esta índole. En todo caso, la tendencia hacia un mayor escrutinio de la inversión en sectores estratégicos, que ya estaba en marcha antes de la pandemia, se ha acelerado en todos los países OCDE.
Este contexto de restricciones normativas a la inversión puestas en marcha por los gobiernos durante la crisis, con mayores controles y autorizaciones previas, y con regulaciones específicas en la Unión Europea y también en España, por el momento, seguirán vigentes.
El marco legal que sustenta las operaciones de inversión, incluidas las de M&A, apuesta por mecanismos de screening o autorización previa de inversiones instrumentados en los países desarrollados y, en particular, en los de la Unión Europea, con el objetivo de proteger sectores sensibles y estratégicos.
La afectación de este marco restrictivo dibuja un panorama complejo que, en España, también requiere de acción decidida. Los instrumentos de selección y protección respecto a la inversión foránea requieren ser compensados con vitaminas que la favorezcan, selectivamente, sí, pero también decididamente. La focalización inteligente en los segmentos inversores adecuados que lleva a cabo MIA, así como el reforzamiento de las acciones en esta dirección, tratan de minimizar los efectos de este marco condicionante de la inversión extranjera.
Según los datos de la UNCTAD, en el último lustro (2016-2020), España ha sido el sexto país, tercero europeo, que más operaciones de M&A transfronterizas ha recibido; un total de 1.341 operaciones, 268 de media al año. Estas operaciones han supuesto una inversión conjunta de $105.749 millones, $21.150 millones al año, que sitúa a España como octava economía mundial en este tipo de operaciones, sexta en Europa.
De acuerdo con el Registro de Inversiones, en los últimos cinco años (2016-2020), las adquisiciones han supuesto un 44% de los flujos brutos recibidos cada año, llegando a alcanzar el 60,4% en 2018, año en el que se produjeron adquisiciones de gran magnitud (Abertis-Hochtief).
El primer semestre de 2021 ha registrado, según la publicación Mergermarket, 287 operaciones en España (78 más que el año anterior), por un importe total de 29.200 millones de euros (más del doble que el año anterior), la mayor cifra en los últimos tres años.
España está experimentando un fuerte crecimiento, tanto en número de operaciones como en volumen. En la primera mitad del año se han anunciado 8 operaciones por encima de los 1.000 millones de euros, y ya se acumulan cinco trimestres consecutivos por encima de los 10.000 millones en operaciones.
La operación más significativa es la adquisición por parte de la gestora australiana de inversiones IFM del 22,7% de Naturgy Energy Group (5.100 millones), la mayor distribuidora de gas y la tercera mayor distribuidora de energía en España.
Las empresas estadounidenses de private equity han sido particularmente activas, con el ejemplo más destacado de la compra por parte de Platinum Equity de Urbaser, por 3.500 millones.
El sector más activo en términos de importe de las operaciones está siendo energía, minería y servicios públicos, gracias a operaciones muy significativas y al apetito por los activos de renovables en un contexto en que el país trata de alcanzar su objetivo de capacidad instalada renovable de 120GW en 2030. Además de las operaciones citadas, el fondo sueco EQT Partner’s ha comprado por 1.200 millones Solarpack Corporacion Tecnológica, y la empresa energética canadiense Northland ha adquirido el portfolio eólico y solar del fondo de venture capital Helia Renovables (1.000 millones), que sitúa a Northland entre los 10 mayores operadores de renovables en el país.
Es de señalar que cinco de las nueve mayores rondas del año han sido responsabilidad de compradores de fuera de Europa.
La actividad doméstica de M&A también es relevante. En el primer semestre se han registrado 172 operaciones, por un valor de 7.400 millones -incrementos de 28% y 52,7%, respectivamente. Destaca la operación de compra de Euskaltel por parte de MásMóvil Intercom (empresa en manos de fondos británicos y norteamericanos). Y es que el sector tecnológico presenta igualmente un gran dinamismo en este ámbito. En el primer semestre de 2021 se han producido 34 operaciones, frente a 12 en el mismo período de 2020.
En definitiva, las perspectivas actuales, apoyadas en la evolución positiva de la pandemia y la llegada de fondos europeos, ayudan a propagar la sensación de optimismo para la economía española y, por ende, para las operaciones de M&A.
Muchas de las operaciones de M&A anteriormente citadas se han producido sobre empresas radicadas en Madrid. Otras importantes operaciones anunciadas (ventas de Telxius y del cable submarino de Telefónica, venta del negocio medioambiental de Ferrovial o la compra de Burger King España, entre otras) y algunas aún no cerradas auguran un año de récord para nuestra capital. No todas las operaciones se verán reflejadas en los flujos de IED, ya que algunas operaciones constituyen únicamente cambios de titularidad entre empresas de capital extranjero, pero en todo caso se modificarán los tenedores últimos, así como los ajustes de valoraciones. Todo ello se verá con mejor perspectiva en los datos de stock de inversión que se tendrán en dos años.
En todo caso, desde MIA, continuaremos manteniendo la atención y analizando las dinámicas de la inversión internacional, tarea imprescindible para prestar apoyo efectivo, con nuestros servicios, a las empresas e inversores que apuestan por nuestra ciudad como enclave para llevar a cabo negocios que reviertan en una mayor riqueza para Madrid y sus ciudadanos.
Principales operaciones de M&A transfronterizo anunciadas el primer semestre de 2021
Anuncio |
Empresa objetivo |
Sector |
Comprador |
País del comprador |
Vendedor |
Importe (€M) |
Ene-21 |
Naturgy Energy Group (22,69%) |
Energía, minería y servicios públicos |
IFM Investors |
Australia |
5.060 |
|
Abr-21 |
ACS Actividades de Construccion y Servicios SA (Cobra) |
Construcción |
Vinci SA |
Francia |
ACS Actividades de Construccion y Servicios SA |
4.200 |
Jun-21 |
Urbaser SA |
Industrial y químicos |
Platinum Equity LLC |
USA |
China Tianying Inc |
3.500 |
Jun-21 |
Wall Box Chargers SL |
Industrial y químicos |
Kensington Capital Acquisition Corp II |
USA |
1.149 |
|
Abr-21 |
Helia Renovables (Portfolio solar y eólico de 540 MW) |
Energía, minería y servicios públicos |
Northland Power Inc |
Canadá |
Helia Renovables FCR |
1.061 |
Fuente: Mergermarket.com, Iberia Trend Report H1 2021